jueves, 22 de diciembre de 2011

Van sucediendo las semanas

Acabo de concluir la segunda semana con doble entrenamiento, unos 3300 metros es la media semanal.
Es cierto que ha mejorado algo mi posición en el agua, hace unas semanas me era practicamente imposible mantener el equilibrio cuando respiraba por el lado izquierdo, coordinar toma de aire y entrada de mano, lo cual me generaba mucha deuda de oxígeno. Voy mejorando lentamente pero, queda mucho terreno que nadar. Estoy haciendo largos de respiración izquierda cada cuatro y cada dos brazadas, descansando 10'' y vuelta a repetir durante 20 largos. Tengo que descansar unos segundos para evitar la deuda de O2 que se me va acumulando y un poco de mareo por falta de costumbre al girar el cuello hacia esos lares tan desconocidos hasta la fecha. Parece mentira que con mi respiración derecha, la de toda la vida, pueda nadar 1500 metros continuos y, por la izquierda tenga que parar cada 25 metros para tomar un respirillo. Algo parecido me pasa con la respiración bilateral cada 3, voy mejor pero me falta un poco de aire.

Tengo que reconocer que en contadísimas ocasiones he nadado dos días por semana,  salvo excepciones veraniegas en algún país de aguas cálidas como Croacia o Sicilia dónde nadaba casi todos los días pero en un plan más relajado, por tanto, es algo nuevo acudir dos días a la piscina por semana.

Nunca he dejado de practicar deporte pero no suelo repetir, cada día de la semana lo tengo reservado para una modalidad deportiva distinta. Los martes pesas, los viernes bici, los lunes piragua, los domingos carrera ... Claro...., le pego a todo pero no le pego a nada. Un refrán muy castizo dice que el que mucho abarca poco aprieta y , lo que se dice apretar, apretar, sólo me aprieta el neopreno.

Os dejo que, están con la letanía del sorteo navideño y no sé si me habrá tocado algo. Tranquilos que aunque me toque el gordo la ría la cruzo de funcionario empobrecido o de millonario.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Dos entrenamientos semanales

Hace una porrada de tiempo, allá por los 24 años, hice mi primera tavesía en compañía de mi padre, al que no me hizo mucha falta persuadir, su afición a la natacion veraniega me lo puso fácil. Estábamos de turismo en San Sebastian en la playa de Ondarreta, la parte mas occidental de la famosa playa de la Concha y nos decidimos a pasar nadando hasta la isla de Santa Clara, son poco mas de 350 metros ida más otros de vuelta tras un pequeño descanso. Mi padre sólo dominaba la braza, y su ritmo lento no me permitía entrar en calor, os recuerdo que soy muy friolero, y en el regreso llegué un poco destemplado. No parezco hijo suyo ya que él siempre encontraba el agua buena. En Sanse el agua está en verano, generalmente por encima de los 21º, quién los pillara. Desde aquel día ví que la natación también permitía hacer turismo.
Soy un amante de los deportes que permiten hacer turismo, cicloturismo, kayak turismo, senderismo y ahora también la natación lo permite gracias a los avances en trajes de neopreno, que te permiten estar algunas hora en el agua y desenvolverte con cierta soltura.

Dos son los entrenamientos semanales que me he propuesto realizar a partir de ahora, hay que empezar a meterle metros al cuerpo. Cuatromil metros en dos sesiones, utilizando por primera vez manoplas y aletas simultaneamente, asi como ejercicios de técnica respiratoria y nado libre. No acabo de encontrarme cómodo con aletas, siempre he sido de poca patada y me cuesta mucho forzarla. Con las manoplas (guantes con dedos unidos por membrana típica de pata de palmípedos) me apaño mucho mejor, podría hacerme la travesía con ellas pero nunca soportaría las aletas. Curiosamente he podido hacer 500 metros con las manoplas respirando cada 4 brazadas, cosa que hasta ahora sólo lo conseguía durante un par de largos a manos libres. ¿Quén me lo puede explicar?.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Probando con aletas

El pasado miércoles que, es el único día por semana que entreno, hice un test de 500 metros sin y 500 metros con aletas. Mi intención era probar si el uso de unas pequeñas aletas me podrían servir para facilitar la travesía. Llevaba desde la juventud sin calzarme unas aletas, un porrón de años, ¡hay que ver como pasa el tiempo!, el reencuentro no fue todo lo gratificante que me gustaría. Digo esto porque no es tan fácil nadar con aletas, por muy pequeñas que estas sean (foto con chancla para ver el tamaño real), te encuentras raro, mayor desgaste de piernas, me apura un poco la brazada generando alguna pequeña descoordinación respiratoria y, ¿qué pasa con la supuesta mejora de tiempo?. 50 segundos fueron toda la mejora obtenida. En principio no parece un rédito lo suficientemente amplio como para seguir pensando en que puedan ser la solución para achicar el ancho de la ría. En tres kilómetros me supondrían poco más de cinco minutos de ventaja, cosa que en este momento me parece una mezquindad en un montante de hora y media. Cierto es, que en la piscina, debido al elevado número de virajes las hacen menos eficaces ya que se resbala enormemente en el apoyo sobre la pared. Posiblemente en mar abierto la ventaja sea mayor, habrá que hacer más pruebas para salir de dudas. Supongo que con un poco más de práctica podrán mejorarse un poco los registros. El tiempo lo dirá...

Concluí la sesión con 1800 metros y una estancia en el baño de vapor y el jacuzzi del que dispone la piscina de Campolongo.
Esta semana que comienza, sí, sí, la de la Inmaculada Constitución espero entrenar dos sesiones, por esto de los festivos 6 y 8 de diciembre que me permiten algo más de tiempo libre.