sábado, 3 de diciembre de 2011

Probando con aletas

El pasado miércoles que, es el único día por semana que entreno, hice un test de 500 metros sin y 500 metros con aletas. Mi intención era probar si el uso de unas pequeñas aletas me podrían servir para facilitar la travesía. Llevaba desde la juventud sin calzarme unas aletas, un porrón de años, ¡hay que ver como pasa el tiempo!, el reencuentro no fue todo lo gratificante que me gustaría. Digo esto porque no es tan fácil nadar con aletas, por muy pequeñas que estas sean (foto con chancla para ver el tamaño real), te encuentras raro, mayor desgaste de piernas, me apura un poco la brazada generando alguna pequeña descoordinación respiratoria y, ¿qué pasa con la supuesta mejora de tiempo?. 50 segundos fueron toda la mejora obtenida. En principio no parece un rédito lo suficientemente amplio como para seguir pensando en que puedan ser la solución para achicar el ancho de la ría. En tres kilómetros me supondrían poco más de cinco minutos de ventaja, cosa que en este momento me parece una mezquindad en un montante de hora y media. Cierto es, que en la piscina, debido al elevado número de virajes las hacen menos eficaces ya que se resbala enormemente en el apoyo sobre la pared. Posiblemente en mar abierto la ventaja sea mayor, habrá que hacer más pruebas para salir de dudas. Supongo que con un poco más de práctica podrán mejorarse un poco los registros. El tiempo lo dirá...

Concluí la sesión con 1800 metros y una estancia en el baño de vapor y el jacuzzi del que dispone la piscina de Campolongo.
Esta semana que comienza, sí, sí, la de la Inmaculada Constitución espero entrenar dos sesiones, por esto de los festivos 6 y 8 de diciembre que me permiten algo más de tiempo libre.

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